Mi peque aún no habla ¿Debo preocuparme?



El lenguaje se constituye en la herramienta piramidal de todo ser

humano, pues a través del mismo podemos comunicar necesidades,

sentimientos y elementos que nos generan bienestar o malestar.

Sin duda, escuchar las primeras palabras de nuestros pequeñitos es un

momento fascinante, de hecho, es uno de los momentos más anhelados y

disfrutados cuando sucede. Pero, qué pasa cuando no sucede y transcurren las

semanas y los meses. Pues como papis de pronto sentimos frustración,

preocupación y se activa un sentido de alerta. Lo propio sucede cuando se

inicia el lenguaje, pero con una pronunciación poco entendible.

De pronto, nos damos cuenta que nuestro peque no habla, que usa

únicamente sonidos para comunicarse, que señala los objetos, que trata de

expresarse y al no ser entendido se frustra y cae en llanto o rabia. Este artículo

esta destinado para esos papis que se identifican con aquello.

Lo primero que debo decir es ¡no desesperes!, hay diversos elementos

causales del retraso en el desarrollo del lenguaje, lo importante es que ya lo

notaste y ahora compartiré contigo datos informativos y consejos que te

ayudarán a tomar acción.

El desarrollo del lenguaje en los niños es la capacidad para comunicarse

de manera efectiva (expresión) y comprensiva (recepción). El desarrollo del

habla se produce de forma progresiva y para que ocurra este desarrollo existen

etapas de evolución, las cuales, son progresivas y si son evadidas o detenidas

generarán un retraso en el desarrollo del lenguaje.


La etapa prelingüística sucede durante el primer año y caracteriza por

sensibilidad al ruido, comunicación con sonidos y gestos, emisión de sonidos

vocales, atención a elementos sonoros, reacción al escuchar su nombre, uso

de señas para transmitir lo que desean. Durante esta etapa es ideal usar frases

cortas, repetirlas en varias ocasiones y usar un ritmo lento o pausando al

hablar.


La etapa holofrásica se caracteriza por el uso de palabras aisladas a

modo de enunciados, pronunciando la palabra para demostrarnos que conoce

dicho objeto o para pedir algo específico (como leche, agua, comida, etc.) Con

el tiempo y la práctica éstas holofrases se van convirtiendo en frases completas

para, finalmente, construir el lenguaje completo. A partir de este momento la

evolución es constante, el desarrollo del lenguaje se produce de forma rápida y

cada vez con nuevas palabras.


En la etapa de combinación de palabras, que idealmente ocurre

cumplidos los dos años comienza a combinar las palabras, con un vocabulario

más amplio construye frases, es decir, usar oraciones completas. Durante el

periodo entre los dos y tres años empiezan a manifestar intenciones, formular

preguntar o usar frases con intención.


Y en la etapa del desarrollo del lenguaje avanzado y combinado, el

habla ya se asemeja al de un adulto, logrando el perfeccionamiento del

lenguaje. Durante esta etapa predomina la capacidad comprensiva, por lo que

empiezan a comprender enunciados que si bien no son capaces de reproducir

si son capaces de comprender. Durante esta fase muestran mayor interés en el

mundo que los rodea, preguntan sobre su entorno, preguntan qué es cada cosa

y van ampliando vocabulario a medida que usamos palabras no habituales para

ellos.


Ahora que hemos comprendido las etapas del desarrollo del lenguaje,

notarás que el eje que favorece se logre cada etapa es que los peques estén

constantemente expuestos al lenguaje. Cuanta más narrativa utilices con tu

peque más aportas a que cumpla estas etapas en los términos de tiempo.

Habla, narra, describe todo cuanto suceda a su alrededor, léele cuentos, arma

historias con títeres, has que hablen objetos inanimados, describe lo que hace

y lo que haces, responde a todas sus preguntas, no te canses en repetir el

nombre del mismo objeto, habla sin parar. Y mientras no le puedas hablar

ponle música, no sólo del género infantil, una buena play list con música

seleccionada y adecuada será tu mejor aliado.

Ahora bien, comprendido cómo es que se gesta el lenguaje, veamos los

indicadores de alerta. No hay una edad precisa, pero si hay una edad límite

para cumplir los hitos, si tu peque esta llegando a los 2 años y no a pasado a la

fase holofrásica o si tu peque esta llegando a los 3 años y no está atravesando

la etapa de combinación de palabras es momento de reaccionar.

Independientemente de los factores causales, es importante tomar acción,

estimular con alto empeño y constancia el desarrollo del lenguaje. Y claro,

también será importante distinguir si enfrentamos retraso en el habla (Utiliza

palabras y frases, pero lo que dice resulta difícil de entender) o retraso en el

lenguaje (pronuncia correctamente, pero se le dificulta combinar dos palabras

en una frase).

Entre los factores de alerta debes considerar: No reacciona al sonido, no

vocaliza, no utiliza gestos (señalar o despedirse), sólo se comunica con gestos,

presenta dificultad para imitar sonidos, dificultad para entender órdenes

verbales sencillas, sólo imita el habla o los actos pero no genera palabras o

frases, sólo emite sonidos o palabras de forma repetitiva, presenta un tono de

voz extraño o pronunciación extraña.


Los factores causales son diversos, es por aquello que en este momento

de alerta es recomendable recibas asesoría de personal especializado en el

área, asesores del desarrollo infantil, psicopedagogos, fonoaudiología,

logopeda, pediatría y psicología infantil. Pues el retraso en el desarrollo del

lenguaje o del habla puede ser causado por un elemento físico, pasando por un

elemento del entorno hasta por una respuesta emocional no adaptativa. Y, es

más valioso atacar el origen más que enfocarnos en el hecho en sí.

Lo importante es evitar la negación, minimizar el hecho o peor aún

justificar la falta de desarrollo del lenguaje o del habla. Dicho esto, toca poner

manos a la obra y brindar a nuestro pequeño un contexto idóneo para estimular

el lenguaje intencional, abandonando la práctica de la deducción, la adivinación

o la comprensión por interacción constante, fomentando el habla escuchando

con atención, destinando tiempo y espacios para promover el uso del lenguaje,

usando recursos gráficos que promuevan el uso del lenguaje y promoviendo la

interacción con pares, idealmente niños un poco mayores que incentiven la

necesidad innata de comunicación.

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