¿Cómo afrontar una rabieta a partir de la filosofía Montessori?

 


Entre los desafíos de la paternidad se encuentran las temibles rabietasque tienen la “cualidad” de tomarnospor sorpresa intempestivas y sin piedad del momento o el lugar. De pronto te encuentras en un lugar públicocuando más agotado te sientes, cuánto te apremia el tiempo y, a veces, cuando aparentemente todo estaba en calma. 

Las preguntas más frecuentes son ¿Cómo descubrir si es o no una rabieta? ¿Qué debo hacer? ¿Cómo debo reaccionar? Y el cuestionamiento más importante ¿Debo brindar contención emocional durante una rabieta? En este blog despejamos estas dudas y te dejamos algunos consejos que te ayudarán a afrontar las rabietas con la mayor hidalguía posible y, por qué no, pensando en una sana victoria. Como siempre, brindándote nuestros consejos a partir de los cimientos de la filosofía Montessori

Empecemos a entender qué son las rabietas: Se constituyen en un enojo explosivo, expresado a través de llantos, gritos, gestos o irritación visible a nivel conductual. Generalmente las rabietas tienen señales de alerta que nos ayudan a identificar lo que se avecina, entre ellas se encuentra: molestia sobredimensionada al no recibir lo que pide o necesita, desacuerdo por información insuficiente (no recibir advertencia de lo que va a pasar), necesidad de descargar tensiones, miedos o frustraciones lo cual involucra el uso del momento para expresar aquello y no menos importante haber iniciado la etapa demedir el impacto de sus acciones frente a los papis o personas responsables de su cuidado.

Antes de tomar acciones es necesario encontrar el origen, para aquello te recomendamos identificar el estímulo detonador, es decir, lo que ocurrió el momento previo a presentarse la rabieta. Puede tratarse de frustración, enfado, confusión, temor, intolerancia al control, lucha por independencia o deseos internos que gobiernan la reacción ante la ausencia de lo deseado (deseo de llamar la atención, de obtener algo que no tiene o se le impide el acceso, de demostrar independencia o autosuficiencia, celos, negación a aceptar un no por respuesta e incluso inatención a necesidades primarias (comida, sueño, etc.) 

Entendido todo aquello y una vez que podamos definir que se trata de una rabieta y de qué la detonó, lo recomendable es pasar a la etapa de la acción selectiva. Esto significa elegir los mecanismos de acción acorde al estímulo detonante identificado. Pues, no es lo mismo afrontar una rabieta por desear algo prohibido (como una golosina antes del almuerzo) que otra por desear hacer las cosas por sí mismo (como ponerse los zapatos sin ayuda). 

Cuando la rabieta ya llegó a su punto explosivo, ese momento intenso donde el diálogo ya se hace imposible de entablarel mejor camino es ignorar la pataleta, dejar que fluya la energía agresiva sin retar, pero tampoco ceder. En este momento resulta valioso expresar frases cortas que hagan sentir a nuestro peque que estamos a su lado dispuestos a ayudarlos a superar el mal momento ni bien se sientan listos y dispuestos. Frases como entiendo que te enojó esto, pero no es la forma de resolversé que estas frustrado, pero podemos hacerlo de mejor manera”;descarga tu enojo, cuando hayas concluido acá estoy para ayudarte”, “Puedes recibir mi atención sin necesidad de gritar” y un largo etc. 

Es recomendable llevar a tu peque a un lugar / espacio seguro para que dé curso a la pataleta, explicándole que se irán a otro lugar por su seguridad y por su tranquilidad. Y acá viene un elemento muy importante, jamás lo dejes sólo durante la rabieta, quédate ahí, en silencio y sin reacción emocional. Mientras da respuesta emocional a su rabieta (con gritos, llantos o botándose al piso) ¡no trates de reflexionar! Reitero, en este momento es imposible entablar un escenario para el diálogo, cuando ya hubo el brote pues sólo déjalo pasar y espera. 

Y pues, estoy segura que al llegar a este punto delartículo ya te habrás dicho varias veces, de acuerdo, pero esos gritos, ese llanto intenso agotan la paciencia, más si duran un largo tiempo. ¿Verdad que ? Pues bueno, déjame decirte que ser padres no significa que automáticamente desarrollemos una paciencia de plomo y mucho menos que no tengamos tensiones y momentos malos que hagan que nuestro nivel de paciencia sea menor. Pero si significa que por el bien propio y el de nuestros peques la mejor elección es conservar la paciencia para evitar un catalizador mayor y tengamos reacciones de las que luego nos podamos arrepentir. ¡Descuida! no sólo te diré que conserves la calma, te ayudaré con algunos consejos de cómo lograr hacerlo. Cuando sientas que la rabieta te rebasa, cuando te toque ser quien permanezca a su lado y sin reacción emocional realiza ejercicios de control mental, estos no sólo te distraen, sino que también evitan que surja tu ser explosivo. 

Acá te dejo algunos ejemplos de ejercicios de control mental: Canta en tu mente una canción completa (¡ojo! no la tararees pues ahí te verás con un toque indiferente que podría provocar se intensifique la rabieta); juega mentalmente a las vocales: a de abeja, e de elefante, i de iguana, etc. Y hazlo las veces que sean necesarias; saca pelusas de tu chompa o de la alfombra, recuerda objetos de la casa que sean de un color determinado, realiza ejercicios aritméticos complejos (restas o divisiones de 3 dígitos, contar una centena en pares o impares, etc.) Todos ellos con cara de póker, evitando tu peque note una reacción emocional. 

Así como es importante saber qué hacer, también es valioso saber que no hacer. Lo más importante es no darle gusto o ceder a su posición o hacer lo que pide nada más por evitar la rabieta o el bochorno de un evento público; tampoco darle un distractor para que se calme (un juego o video en el celular); ni utilizar los sobornos para que ceda y desista con la rabieta, mucho menos darle algo a cambio para que acceda a hacer lo que se le pidió, como tampocogritar más fuerte para lograr su atención y no menos importante mostrar enojo, ira o desdén durante su rabieta (Acá aplica el apreciado refrán “El que se enoja pierde”)

 

Finalmente, siempre recuerda que durante la crianza de nuestros pequeños siempre es mejor prevenir situaciones de posibles rabietas (si ya sabemos que prefiere hacer las cosas por sí mismo, es mejor dejarlo ser y hacer), anticipar lo que sucederá (Recuerda que cuando acabe este programa nos vamos a la ducha), identificar variables que predisponen (reacciones previas ante el hambre, sueño, falta de rutina, etc.Y pues prevenir antes de llegar a su umbral límite. Recuerda que aún así podrá hacer las cosas con fastidio, pero la anticipación disminuye la posibilidad de una rabieta explosiva. 

Interpretar a nuestros peques es un elemento vital, saber cómo son y cómo van a reaccionar nos facilita ser quienes podamos prevenir y mantener el control a tiempo. Pero también recuerda que a veces una rabieta disfraza un miedo, tensión o frustración, cuando se trata de aquello es importante identificarlo y en un momento relajado narrar la emoción que identificaste como si fuera tuya y cuéntale de manera creativa cómo lo resolviste. 

Recuerda, si es rabieta no es aconsejable brindar contención emocional como abrazar, acariciar, limpiar la carita y mucho menos dar palabras de consuelo, en este punto sólo es valioso estar ahí y demostrarles que pese a todo cuentan con nosotros. Dado que una rabieta a veces obedece a un deseo que nosotros sabemos no es bueno satisfacer, una vez concluya la rabieta no hace falta reflexionar, simplemente superar y seguir. Y no olvides, de tu actitud y de las acciones correctas dependerá que las rabietas se hagan más frecuentes o más escasas. Aún sean sus reacciones emocionales, el balón está en tu cancha. Espero esta información te sea de utilidad.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Mi peque aún no habla ¿Debo preocuparme?