¿Cómo 

saber que mi peque está 

listo para dejar el pañal?


El pañal, ese recurso valioso que nos facilita la vida en la primera etapa

de nuestros pequeñitos, de repente, con el pasar del tiempo, se convierte en un

elemento que deseamos abandonar su uso. Pero, que nuestros peques dejen

de usarlo, no dependerá de nuestra voluntad y nuestro deseo, todo lo contrario,

dependerá del estado madurativo de nuestros chiquititos, pues no es una

conducta que se enseñe, simplemente es una respuesta madurativa.

Es entonces donde entramos en una pugna, nos armamos de diversas

herramientas, estrategias e incluso artimañas para conseguir la meta y en

muchas ocasiones nos frustramos porque ninguna funciona. Este artículo es

para ti, para apoyarte a que tus acciones sean propicias y en el orden ideal y

sobre todo para encarar este desafío en el momento correcto para tu peque.

Lo primero y lo más importante de comprender es que no es ni en tus

tiempos ni a tu ritmo, cada pequeñito responde de manera distinta y muchas

veces afectado por condiciones del entorno. Tampoco existe una edad precisa

para hacerlo, el rango es hasta los 4 años, pero no hay una edad precisa ni

recomendada y mucho menos ideal para iniciar.

Por tal argumento, dicho sea de paso, admito que me genera ruido y

molestia que existan colegios con preparación inicial que presionen a que los

niños dejen el pañal sin importar si están listos o no, presión que desemboca

en que los papis se desesperen por acelerar tal meta e incluso lleguen a

pensar que sus peques son incapaces y esto incremento la tensión en casita.

Pero volvamos al tema que nos atañe. Toda estrategia tiene etapas y

pasos ¿correcto?, el control de esfínteres no es la excepción. Así que vayamos

por etapas:

Primera etapa: Identificar indicadores madurativos

Los indicadores madurativos que debemos observar para considerar la opción

de pasar del pañal al uso del baño son:

✅ El pañal se mantiene seco por al menos 2 horas y de pronto se llena por

una descarga completa.

✅ Tu peque empieza a mostrar molestia o rechazo al pañal.

✅ Hace popó al menos una vez al día en horarios similares.

✅ Que la mayoría de las mañanas amanezca con el pañal seco.

✅ Avisa cuando ya hizo pipi o popó, mostrando molestia y necesidad de

cambio inmediato.

✅ Ingresa al baño y le llama la atención el inodoro o el bacín, incluso

pudiendo sentarse en él con agrado.

✅ Muestra interés en aprender cómo usar el baño.

✅ Presenta indicadores de independencia, reiterando en diferentes

situaciones que desea hacer sólo las cosas.


✅ Cuando observa a un adulto en el baño pregunta constantemente qué

está haciendo y trata de entender qué se hace en el baño, llegando

incluso a remedar sonidos y gestos.

✅ Tu peque verbaliza frases asociadas al acto como “estoy sucio”, “hice

popó”, “se salió mi pis”, “quiero baño”, “estoy mojado”, “estoy sucio”, etc.

✅ Inicia la asociación del baño con la necesidad de orinar o defecar,

repitiendo varias veces que en el baño se hace pipi o popó.

✅ Tu peque empieza a copiar comportamientos, incluidos los hábitos de

baño. Como sentarse en el inodoro, hacer ruidos imitando hacer pis,

etc.

✅ Accede a sentarse en el inodoro y permanecer un tiempo equivalente al

que se utiliza para hacer pis.

Si tu identificas la mayoría de estos indicadores madurativos en tu peque, pues

es el momento propicio para pasar a la siguiente etapa.

    Segunda etapa: Acciones preparatorias

La etapa preparatoria contempla armar el terreno para que suceda lo esperado.

Como el nombre lo dice, se trata de preparar
a nuestro peque y el escenario

para que todo suceda con facilidad y de la manera más natural posible.

Los elementos que debemos fomentar, a nivel de maduración, en nuestros

pequeñitos son:

✅ Madurez motora: subir las escaleras sin ayuda ni soporte alternando las

piernas, bajar gradas con poco o nada de ayuda, saltar con los dos pies

juntos, sentarse en diferentes superficies, subir y bajar los pantalones e

incorporarse de la silla de frente (no de pancita).

✅ Otros indicadores madurativos importantes son: tener nociones básicas

del esquema corporal (arriba, abajo, adelante, agachado, parado, etc.);

ser capaz de imitar acciones de los demás, capacidad para seguir

instrucciones de una sola consigna, conocer las palabras claves para la

intención y usarlas adecuadamente (pis o pipí, popó, baño, inodoro,

etc.), tener seguridad en el tono de voz para dar una alerta.

✅ Otro elemento importante es que tu peque se encuentre en proceso de

consolidación o ya marcadas las señales no verbales de que está

haciendo pis o popó. Cada quien su estilo, moverse, cruzar las piernas,

poner las manitos en la entrepierna, poner cara de susto, alejarse a una

esquina, esconderse debajo de una mesa, entre otras formas.

Estos criterios deben desarrollarse para facilitar el proceso de ida al baño y

mientras nos aseguramos sean una constante es importante que en esta fase

preparatoria se contemple la preparación del ambiente físico, incluye el

acondicionamiento y decorado del baño (esto referido a elementos infantiles,

pero no a saturación del espacio). Actualmente se encuentran fácilmente

gradas de acondicionamiento para el inodoro del baño, urinarios móviles,

bacines en forma de inodoro o de diseño tradicional. Me aventuro a aconsejar

que aquellos que vienen con luces, juguetes incluidos no son recomendables

pues simplemente distraen del propósito.


Para el reconocimiento del pipí o popó ayuda mucho que durante el cambio del

pañal sucio se le diga qué hizo, de tal modo que vaya asociando a la acción el

resultado. Importante detalle es que toda la familia use los mismos adjetivos

para evitar confusiones, así que pues a ponerse de acuerdo previamente en

cómo se denominará.

Ahora pues nos toca el acercamiento, sin quitar el pañal, invitar a sentarse en

el bacín o el inodoro, mostrarle para qué sirve, cómo fluye el agua, cómo se

lleva el pipi o el popó (para esto podemos utilizar agua teñida y pequeñas

masas de sal). Lo importante en este acercamiento es que sea sin presiones,

que lo disfrute, que se sienta especial por acceder al uso del baño y sobre todo

que sea agradable permanecer en el mismo.

Otra práctica que ayuda en esta etapa es mostrarle el popó del pañal y que nos

acompañe a depositarlo al inodoro o al bacín, cuanto más observe más

acercamiento tendrá. Igualmente, que nos acompañe al baño es una buena

forma de aprender los pasos que componen el uso del baño. Después de esta

observación, puedes fomentar que después de ti lo utilice por un momento para

vivir la experiencia, está demás decirlo que esto es consultivo y pues si no

quiere no presiones el momento, recuerda el probar cosas nuevas no se da de

inmediato en todos los peques, hay más confiados que otros y esto es

importante tomar en cuenta.

Pasado este acercamiento es un buen momento para pasar al uso de pañales

tipo calzón, de modo que también pueda practicar el bajar y subir el mismo, así

como también de un momento a otro lo haga de manera espontánea y se

siente en el inodoro o el bacín por iniciativa propia.

Tercera etapa: Indicadores volitivos

Esta etapa se caracteriza por identificar si tu peque se siente listo o si

realmente desea asumir el desafío. Aquello viene con la maduración emocional

y la voluntad. Ten presente que por más que se haya cumplido las 2 etapas

anteriores si tu peque no expresa voluntad y deseo de querer asumir el desafío

no sucederá.

La madurez emocional se aprecia cuando muestra elevado interés en usar el

baño igual que los integrantes de la familia y sobre todo cuando marca una

diferencia y expresa que ya no es un bebé y nos demuestra que se siente más

grande y más listo para ser un niño.

Si no presenta esta madurez nosotros la podemos motivar, haciéndole notar en

acciones cotidianas que es más grande, que sus logros son de niño grande,

que sorprende su capacidad para hacer cosas por sí mismo y cosas así.

Y ahí viene la voluntad, que también la podemos incentivar, preguntando o

induciendo el deseo, sin presiones, frases cortas pero contundentes como ¿te

gustaría aprender a usar el baño?, ¿el pañal te resulta molesto? ¿preferías ir al

baño en vez de cambiarte el pañal?


Y acá va un tip muy particular, el fastidio también mueve voluntades, así que de

pronto podrías al cambiarle el pañal hacerle notar que es más rápido ir al baño,

hacer de esta acción algo rutinario y ya no ameno, etc.

Cuarta etapa: Acompañamiento en el proceso

¡Ya llegamos a la fase para iniciar el proceso! La recomendación preliminar

para esta etapa es: ¡un desafío a la vez! Esto significa que cuando vayas a

iniciar el dejar el pañal no plasmes otros desafíos o cambios en la rutina de tu

peque al mismo tiempo, esto favorecerá la consolidación del logro. Así que no

se vale decidir que dormirá sólo en su cama, se cambiará de domicilio,

aprenderá hábitos de alimentación y dejará el pañal todo al mismo tiempo.

Tampoco ejecutes el proceso si tu peque está enfermo, si viene un viaje entre

medio, si está cerca el nacimiento del hermanito, si recién pasó de la cuna a la

cama, si pronto te mudarás o iniciará la etapa de formación inicial en el

transcurso del mismo mes.

Ahora que tienes el contexto perfecto, toca el encierro, te recomiendo iniciar el

proceso en sábado y no programar ninguna actividad fuera de casa o con

visitas durante el fin de semana. Y pues aquí entra el compromiso con el

desafío, adiós pañal y bienvenidos los calzoncitos tan divertidos que hay a

disposición. Y pues, sin presiones, simplemente le decimos escucha tu

cuerpito, cuando sientas deseo de hacer pipí o popó nos vamos juntos al baño.

La palabra clave es “juntos”, de ninguna manera será bueno sugerir que vaya

sólo al baño, aún sea capaz de usar el inodoro o el bacín, recuerda es una

labor de equipo.

Como previamente ya habrás notado sus horarios de baño (espacios de pañal

seco), evitar ser insistente para ir al baño a cada momento, así como también

evita usar frases de fracaso (“te vas a hacer pis”, “te vas a mojar”, etc.). Debe

ser un momento agradable donde con la temporalidad establecida le

recordarás y usarás la linda frase “escuchemos a tu cuerpito, ya es momento

de hacer pipí”

¿Habrá fallas? Sin duda, yo suelo llamarlos un pequeño accidente. Cuando no

alcance a ir al baño y suceda lo no esperado, simplemente muéstrale que sólo

fue un descuido (no un fracaso) usando frases como “No pasa nada, nos

cambiamos y volvemos a intentar”, de este modo evitamos generar ansiedad y

culpa y pues mas bien validamos sus intentos hasta lograr el desafío. Creo no

está demás advertir que algunos peques lo logran en un fin de semana y a

otros les toma un par de semanas, no desistas, recuerda que son sus tiempos

no son los tuyos. Un tip que te ayudará es llevar registro de los horarios

habituales, así podrás apoyarlo en la prevención y la montaña de ropa sucia no

se triplicará.

Y pues quisiera finalizar este artículo con un consejo muy importante: ya

dejamos claro que no es una conducta o un aprendizaje, por lo tanto, no

premies el logro ni pongas en juego ganar beneficios por ir al baño, esta forma

de hacerlo a la larga genera en tu peque más conflictos y frustraciones de lo


necesario. Usa el elogio al logro con frases alentadoras… “Genial, escuchaste

tu cuerpito”, “estuviste muy atento, estoy orgulloso de ti” y sin fin de frases que

se te ocurrirán que guarden el mismo fin: elogiar el progreso.

Esperamos de corazón te sea de gran ayuda este artículo, y si tienes una

consulta adicional, contáctanos con confianza, estamos para asesorarte.

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