Cuidar desde la prevención o sobreproteger.


 

Ese momento mágico cuando recibimos a nuestro peque en brazos, nuestro ser revoluciona con un sinfín de emociones, surge un amor espontáneo e inexplicable, pero también surgen miedos, pues los sentimos débiles e indefensos y surge una fuerza inexplicable que nos impulsa a quererlo cuidar y proteger. Todo esto totalmente natural y sublime.

A medida que transcurre el tiempo, nuestro peque nos va mostrando no sólo físicamente sino a través de acciones y logros que está creciendo, pero qué difícil dejar de verlos como nuestros bebés. Cuando llega el momento de ser promotores de su desarrollo sigue latente esa percepción de que son débiles e indefensos, y sin pensarlo empezamos a limitar su desarrollo y no permitirles interactuar con elementos que son parte de su realidad y de lo cotidiano, de pronto, caemos en la sobreprotección disfrazada con una frase “Todavía es chiquito”.

Cuidar desde la prevención y sobreproteger son cosas muy distintas.

Cuidar desde la prevención significa no alejarlo de la realidad ni de lo cotidiano y mas bien enseñarle a hacerlo tomando las precauciones adecuadas. Sobreproteger significa evitar experimente, evitar oportunidades de aprendizaje, impedir explore y tenga acercamiento a la realidad.

Cuidar desde la prevención, significa no sobresaltarte cuando sostiene un vaso de vidrio sino más bien enseñarle cómo sostenerlo y porqué debe prestar atención mientras lo hace, implica no pegar un grito de alerta cuando se acerca a la tostadora, sino al contrario enseñarle dónde se calienta, qué se puede tocar y qué no a fin de evitar una quemadura, así como los pasos para utilizarla confiando en su curiosidad y deseo de aprender sin dejar de ser cauto. Immplica no alzarlo cada vez que debe subir o bajar gradas, por el contrario, enseñarle a hacerlo, mostrándole qué cuidados debe tener, de dónde puede sostenerse y qué acciones son riesgosas.

Generalmente, nuestro lenguaje y por consiguiente nuestras acciones son los que impiden este acercamiento… quítale el cuchillo, oculta bajo llave los productos delimpieza,  que no toque la tijera, álzalo para ingresar al ascensor, saca a los niños mientras cocino, lleva a los niños a ver la TV mientras enciendo la parrilla, y luego, cuando ellos en su afán explorador intentan tocar algún elemento surge nuestro yo temeroso y decimos no toques te vas a quemar, te vas a lastimar, aléjate es peligroso, cuidado sal de aquí y un largo etcétera.

En sí, como verás cuidar desde la prevención implica facilitar el aprendizaje, transmitiendo las pautas de protección o cuidado, pero sobre todo confianza, pues realmente algo vital de enseñar en la primera infancia es a atreverse a probar, a intentar a explorar sin miedo y sobre todo a no generar inseguridad ante lo cotidiano, lo que ven todos los días y a las cosas que encontrarán en todo lugar y momento, confiando nosotros en su sentido de cautela mas no a través del miedo. Éstas pequeñas enseñanzas le ayudarán, mucho más adelante, a ser indagador, curioso y por consiguiente más dispuesto a atreverse a intentar y probar cosas nuevas en la vida, sin temor, pero cauto donde amerite serlo.

El equipo Happy Minds te invita a probar en pequeñas experiencias de la vida diaria a darle a tu peque la oportunidad de aprender a desenvolverse con las cosas cotidianas y lo animes a usarlas desde el conocimiento y sin temor.

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